Los descendientes directos del pueblo náhuatl, específicamente los hablantes de esta lengua, constituían en 2020 de acuerdo al Cendo de Población y Vivienda publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una población total de 71 mil 338; parte de ellos, se concentran en municipios indígenas originarios de la entidad.
El crecimiento urbano, en gran parte de la zona conurbada del Estado de México, ha absorbido municipios, pueblos y comunidades, incluidas casi todas las de origen náhuatl. Sus habitantes han visto cambiar su forma de vida tradicional al ser integrados a la vida de la ciudad, aunque la gran mayoría conserva la esencia de su cultura y tradición. Sus condiciones ya son diferentes a las de los pueblos y comunidades indígenas marginadas de las zonas rurales del sur del Estado, pues los indicadores socioeconómicos de la mayoría de los municipios urbanos son de menor marginalidad y con una mayor cobertura de servicios públicos.
De acuerdo a la Ley de Derechos y Cultura Indígena del Estado de México 11 municipios con población indígeba originaria cuentan con asentamientos de población náhuatl que preservan su identidad; enmarcándose en grados de marginación de la siguiente manera: muy alta marginación: Temascaltepec; alta marginación: Sultepec, Tejupilco y Malinalco; media marginación: Joquicingo; marginación baja: Amecameca, Tianguistenco, Tenango del Valle y Xalatlaco; y de muy baja marginación Capulhuac y Texcoco.