La palabra otomí, es de origen náhuatl y significa según Wigberto Jiménez Moreno "Flechador de pájaros", haciendo referencia a una de las principales actividades a las que se dedicaban como lo era la caza.
Algunos autores como Fray Bernardino de Sahagún en su obra: Historia General de las Cosas de la Nueva España, considera que el término proviene del nombre de uno de sus caudillos: "Otón" y otros más como Jacques Soustelle, en su obra La Familia Otomí-Páme, afirman que quiere decir “pueblo sin residencia” que se deriva de la palabra "otho", no poseer nada y "mi", establecerse.
Sin embargo, ellos así mismos se llaman "hñänñu", “los que hablan otomí”, curiosamente, la palabra cambia de un lugar a otro: "nyat'o" y "nyot'o".
Los otomíes o hñähñu aparecen como un pueblo ligado a los Olmecas de Nonoualco y a los estratos más antiguos del Alto Altiplano. Fueron los primeros pobladores del Valle de Tula, incluso antes de la llegada de los Toltecas.